En esta ciudad viven 811.000
personas y hay 881.000 bicicletas que se ven por cualquier rincón. La bicicleta
impone la movilidad urbana y es usada por más del 60 por ciento de los
ciudadanos.
Décadas antes de que los
carros se usaran masivamente, los holandeses ya la habían popularizado. En los
años 20, el 80 por ciento de los viajes se hacían en 'cicla', pero en los 50 y
60 el uso de los carros se disparó. Se creyó que el tiempo de pedalear había
acabado.
El auge de los carros era
mundial. El problema surgió cuando no solo aumentaban los carros, sino también
las muertes por accidentes de tráfico. En 1971, 3.000 holandeses murieron por
choques, de los cuales 450 eran niños. Esto generó una respuesta de las madres,
quienes reclamaron las calles para la gente.
En 1973, varios grupos
formaron el movimiento ‘Stop de Kindermoord’ (Paren el asesinato de niños). Con
protestas en las calles, pedían a los gobernantes que organizaran el espacio
público para que los niños pudieran salir a jugar lejos de los carros y
rodeados de bicicletas.
Dos años después nació la
Unión Holandesa de Ciclistas: salían en bicicleta a bloquear las vías y a pedir
más espacio.
Martijn van Es, miembro de
la Unión, cuenta que en los años 70 los holandeses lograron que el gobierno
construyera ciclorrutas gracias a las marchas y bloqueos y que “40 años
después, las marchas ya no son necesarias porque la gente y los gobernantes
entienden que la 'cicla' es el mejor medio de transporte”.
La crisis que los salvó
En esa misma década se dio
la crisis mundial del petróleo, por la guerra entre varios países árabes
productores del hidrocarburo e Israel. Algunos Estados europeos, incluido
Holanda, apoyaron a Israel y sufrieron el bloqueo de importaciones de petróleo,
lo que cuadruplicó el precio del combustible. En diciembre de 1973, en una
emisión televisiva, el primer ministro holandés, Den Uyl, les pidió a los
holandeses que dependieran menos de la gasolina. La bicicleta fue fundamental.
Hoy, Holanda cuenta con el
mayor número de ciclistas en el mundo. Ámsterdam, la capital, tiene más de 500
kilómetros de ciclorrutas y las muertes anuales por accidentes de tráfico se
redujeron de 100 a 15 en los últimos 20 años. Cada año se invierten 15 millones
de euros ($ 50.00 millones) en infraestructura para el uso de bicicletas.
Según Robert Stomt- horst,
de la Asociación de Tráfico de Holanda, la política es clara: “Crear espacio
para el uso de las bicicletas y poner presión sobre los usuarios de carros”.
Estar en Ámsterdam sin cicla es como andar descalzo.
Los niños de Ámsterdam
aprenden las reglas básicas a los 7 años. De acuerdo con Stomthorst, más de
200.000 menores presentan un examen anual de normas de tráfico y seguridad. Más
del 90 por ciento de los mayores de 10 años pedalean para ir al colegio.
Douwe anota que la cultura
de la bicicleta en Holanda nació a partir de la gente y sus hábitos. “La
bicicleta te da un balance entre moverte libremente, mantener el aire limpio y
además navegar en el ambiente y en tus propios pensamientos”. Dice que ha
compuesto la mayoría sus canciones pedaleando en Ámsterdam.
El éxito de la 'cicla' ya
enfrenta problemas: las ciclorrutas ya son demasiado angostas para el número de
ciclistas y hay déficit de parqueaderos. Al año, 25.000 bicicletas caen en los
canales de Ámsterdam por falta de espacio.
Sin embargo, de acuerdo con
la Oficina de Espacio Público de Ámsterdam, su uso permite el ahorro de 40
millones de euros cada año, ya que evita inversión en infraestructura para
carros y transporte público. Invertirán lo ahorrado en construir 38.000
parqueaderos de bicis para el 2020.
Para Douwe, “entre más
ciclistas mejor. Significa menos carros, menos tráfico y más movilidad. No se
pagan impuestos y se puede parquear casi en cualquier lugar. Simplemente mejora
la calidad de vida”.
FUENTE: EL TIEMPO-http://www.eltiempo.com/bogota/amsterdam-la-ciudad-de-las-bicicletas/16263915
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