Ir en bici por la ciudad está lleno de miedos y prejuicios,
especialmente por parte de quien no lo ha hecho nunca. Anímate a probarlo, sal
con alguien que tenga más experiencia en fin de semana o únete a alguna
iniciativa. Verás que ni los coches son agresivos asesinos, ni las calles
pistas mortales, ni ir del punto A al punto B una proeza para súperhumanos. Ir
en bici es sencillo, natural y espontáneo.
Te ofrecemos doce pequeños consejos para que tu experiencia
sea mucho mejor:
No circules por la acera
Salvo que seas un niño de seis años en una bicicleta con
ruedines, no hay nada más frustrante que ir por la acera caminando y que te
adelante un ciclista a alta velocidad. Los peatones son el colectivo menos
protegido de la ciudad, tienen que aguantar ruidos, están expuestos a
atropellos, confinados en aceras estrechas y a desvíos absurdos para no
molestar a los coches. No les compliques más la vida.
Posee tu carril
Legalmente, las bicicletas tienen que circular por la
calzada, por el carril situado más a la derecha. Posee tu carril, circula por
el centro del mismo. Ir en un lateral hará que los coches te adelanten sin
cambiar de carril, lo que es extremadamente peligroso: la fuerza del coche o un
pequeño toque pueden desestabilizarte y hacerte caer al suelo, y una calzada
llena de coches no es el mejor sitio para tumbarse.
No es una carrera
No engañamos a nadie: las bicicletas van más despacio que
los coches, ya sea porque no podemos ir haciendo un sprint contínuo o porque
los coches no respetan las velocidades máximas en ciudad. ¿Y qué? No estamos
compitiendo, estamos yendo de un sitio a otro. No te ofendas ni te preocupes
porque te adelanten los coches, es lo más normal del mundo. ¿Qué sentido tiene
picarse con alguien que no conoces de nada y a quien no vas a volver a ver
jamás?
Si llevas detrás un coche y te pone nervioso, anímale a que
te adelante. Es muy posible que te lo encuentres parado en el siguiente
semáforo. Y ver la cara de un conductor nervioso al ver que te encuentras con
él en cada semáforo es uno de los mayores placeres de ir en bici.
Elige tu ruta
Ir en bici no es lo mismo que ir en bus, en coche o en
metro. Si la vas a usar para ir al trabajo, elige tu ruta con ayuda de un
servicio de mapas online. Podrás elegir las calles más tranquilas, con menos
cuestas, obras, atascos o baches, con más sombra o simplemente las más
agradables. Date unos días para probar diferentes rutas y elige la que más te
guste según el destino o la hora.
Marca tus maniobras
¿Vas a girar? ¿Necesitas que te dejen pasarte a otro carril
porque en el tuyo hay un autobús detenido o un coche aparcando? Haz un gesto
para indicarlo y te sorprenderá lo bien que reaccionan el resto de conductores.
Respeta las normas
Los semáforos en rojo son para detenerse, las calles en
dirección prohibida no son para entrar en ellas… no podemos ser vehículos
cuando nos conviene y peatones cuando no. Si quieres que te respeten, y que los
demás ciudadanos tomen en serio la bicicleta como medio de transporte, respeta
las reglas con sentido común. Incluso evitarás accidentes.
Si te pitan… sonríe
Pese a lo que puedas imaginarte, la mayoría de conductores
no son agresivos. Si no haces locuras, te costará encontrarte con alguno. Pero
hay de todo en el mundo, y si te encuentras con que un conductor te toca el
claxon por ir en bici (ojo a que no sea por algún otro motivo) simplemente
gírate y sonríe. No hay nada que les desconcierte más. Cromañones cada vez hay
menos, y hay que hacerles ver que la calle no es solo suya, que la bici ha
llegado para quedarse y que somos más felices que él.
Casco sí, casco no
Hay muchas opiniones acerca de llevar casco o no. La ley lo
aconseja pero no obliga, y la decisión es tuya. Pero sé consecuente con ella:
el casco en el portapaquetes de la bici puede caerse y ser peligroso, y
llevarlo en el codo es un absurdo. Si lo que te preocupa es que sea horrible,
elige uno de diseño: hay muchos en las tiendas especializadas que te harán
olvidar esos horribles diseños brillantes que te hacen parecer una hormiga.
De noche, házte ver
Es una locura, y además ilegal, circular de noche sin luces.
Tu bici tiene que tener una luz frontal y reflectantes, y aunque no es la
última moda, personalmente voy más tranquilo si me pongo un chaleco
reflectante. No ocupan nada doblados y te puede sacar de un apuro. Y recuerda
que este equipamiento, más que para ver, es para que te vean. En una calle
medio oscura, de noche, una figura tan pequeña como un ciclista puede ser
invisible para un conductor. No lo permitas.
La música y las llamadas, mejor en casa
Recuerda que está prohibido ir escuchando música con cascos
mientras circulas en bicicleta, o hablar por el móvil. Aunque llevar una bici
no es algo especialmente difícil, necesitas tener tus cinco sentidos en ello, y
anular uno de ellos no parece muy inteligente.
El timbre no es un adorno
No es un accesorio cursi, llevar timbre es obligatorio
legalmente y te será muy útil para indicar tu presencia en algunos casos… o
para pedir a los peatones menos cívicos que se aparten del carril bici.
Asegura bien la bici
Ata siempre tu bici a estructuras fijas, difícilmente
desmontables y cuanto más a la vista, mejor. Piensa que un ladrón preferirá
trabajar en un callejón apartado que en una calle con cientos de personas
viéndole. Utiliza como medida principal las conocidas como U rígidas: las
cadenas tradicionales se cortan en segundos con el equipamiento adecuado.
Infórmate sobre si tu seguro de hogar cubre tu bicicleta, y
recuerda que la mejor manera de contribuir a que no se roben bicicletas es no
comprarlas jamás de fuentes dudosas.
Disfruta
Esto último no es un consejo como los demás, pero sí es
importante: disfruta yendo en bici, vive la ciudad, pásalo bien y aprovecha las
sensaciones que solo se disfrutan en bici: una vista privilegiada de los
edificios de nuestra ciudad, el frescor de las fuentes, la sensación de que
semana a semana mejora tu forma física, el viento en la cara, las cuestas
abajo, las miradas cómplices con el resto de ciclistas…